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En Colombia, como en casi todos los países del mundo, existe un licor el cual enmarca su más profunda esencia. Sin embargo, en nuestro país, debido a la mezcla de dos culturas son dos las bebidas tradicionales: la chicha, herencia pura de lo indígena y el aguardiente hijo de la España imperial.

el aguardiente tapa roja

Para conocer la historia de la Fábrica de Licores del Tolima se hace necesario conocer la historia de algunos hechos muy significativos ocurridos en el mundo y en nuestra patria.

Historia del aguardiente en el mundo

La historia del aguardiente en el mundo es muy antigua. En el sentido estricto, el aguardiente es la primera etapa en la destilación de cualquier alcohol. Su preparación se basa en el antiguo principio de que el alcohol es más volátil que el agua, lo que equivale a decir que hierve a una temperatura más baja. Por lo tanto, si se recoge y condensa el vapor, se tendrá alcohol con muy poco agua y con esto se habrá obtenido aguardiente. Este proceso era ya conocido en Oriente hace muchos años. Existe evidencias de destilación en Mesopotamia 4.000 años antes de Cristo. Pero fueron los árabes quienes lo introdujeron en el siglo XVI al mundo Occidental. Del Árabe provienen palabras como alambique y alcohol, parte del lenguaje usado en la destilación del licor.

Historia del aguardiente en Colombia

En la época colonial desde los virreyes, existía el monopolio de los licores, alcoholes y el tabaco. Se permitía su producción y cultivos, a cambio de una participación a la corona española.

Tal situación motivó para que se diera la insurrección de los Comuneros, con Manuela Beltrán a la cabeza, por los impuestos que exigía ese tiempo a quienes se dedicaban a ese tipo de industrias. El 7 de Agosto de 1819. El triunfo de Bolívar, de Santander y de tantos próceres, es decir el advenimiento de la independencia nada cambió la tradición española del monopolio de licores, alcoholes y tabaco.

Pero En 1886 en el gobierno de del doctor Rafael Núñez llegó el alivio a las industrias. Mas tarde en 1895 los señores Vaughan, los Vilas, los Gutiérrez, los Ramírez y muchos otros, bajo vigilancia permanente sobre la producción en botellas, para efecto del pago de los impuestos se dejaba a la honradez de ellos.

Así entonces en 1900 y 1910, ya en el departamento de Cundinamarca había empresas técnicamente instaladas para la producción de aguardiente y alcoholes como es el caso del químico inglés Sin Keysi.

Botella Tapa Roja Verde de 750 ml
Botella Tapa Roja Especial de 750 ml

Historia del aguardiente en el Tolima

En el Tolima se continuaba con los «sacatines» o «alambiques», estado que subsistió hasta 1928, en que el gobernador de entonces, doctor Félix María Reina Rengifo, con base en la Ley 8 de 1909 declaró terminados todos los contratos de concesión, asumiendo el departamento la fabricación y el expendio en forma directa. El señor Giovanni Italiano, en forma rudimentaria se encargó de la fabricación de licores y cumplió con la labor hasta finales de 1932.

En 1933 Heriberto Amador, gobernador del departamento del Tolima no político puso orden en los organismos contables y emprendió con éxito la labor financiera. Fruto de esto se organizó la renta de licores. Contactó a un hombre de origen cundinamarqués llamado Carlos E. Castro Acero, quien no tenía títulos de ninguna clase, pero poseía la mejor información en cuanto a la técnica en la fabricación de maquinaria para la destilería, a la vez de comprobada experiencia en la fabricación de aguardiente.

El gobierno departamental dio el apoyo al nuevo productor de aguardiente por conducto del Administrador de la Fábrica, don Pablo Emilio Casas, ibaguereño ancestral. La fabrica como tal no era nada, sólo locales estrechos, incómodos e inadecuados. El señor Castro Acero inició la producción. El sueldo era de dos centavos por botella.

Hasta 1945 fueron resueltos los contratos por el gobernador de entonces. Al finalizar la producción anual era de 1´744.147 botellas. El tridestilado que era el nombre del aguardiente se hizo famoso así como el Anís Tolima, hasta el punto de ganar trofeos en exposiciones nacionales. También hubo producción de vinos como el Jerez, el Espumoso y la Champaña Rubial.

El 20 de agosto de 1948 fecha del incendio de la antigua y vieja fábrica, el señor Carlos E. Castro Acero fue llamado nuevamente a producir aguardiente, en general fue el encargado de la reconstrucción de la fábrica, hasta 1963.

A mediados de 1971, la producción del aguardiente ya con el nombre de Tapa Roja, estuvo a cargo del ingeniero Carlos E. Castro Escobar, ibaguereño graduado en Chile, hijo de Carlos E. Castro Acero.

En 1967 y 1970 hubo producción de mistelas y cremas en diferentes sabores.

Historia de la Fábrica de Licores del Tolima

En 1971, el gobernador abrió licitación para la producción del aguardiente Tapa Roja, este contrato fue adjudicado al ingeniero químico de la Universidad Nacional, Jorge Mejía Isaza el cual había montado ya los equipos de la destilación de la fábrica de licores del Huila y había estado durante 13 años como director técnico de la fábrica de licores de Caldas. Entregaba la botella de aguardiente a $5.50, en los estancos, y el departamento vendía a $35.oo cada una.

Mediante la Ordenanza No. 08 de 1979 creó el ente jurídico “Fábrica de Licores del Tolima”, como su entidad descentralizada, su correspondiente junta directiva y presupuesto propio. Se dispuso, además, la supresión de los antiguos estancos o expendios oficiales en cada uno de los municipios y se creó un sistema comercial par la venta de los productos de la fábrica consistente en 10 zonas para cubrir todo el territorio del Tolima, a cargo de personas naturales o jurídicas, quienes debían ceñirse a los precios fijados por el gobierno departamental.

Botella Tapa Roja Tradicional de 750 ml
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